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Estrés

No hay peor sordo que el que no escucha su propio cuerpo
Uno de los males de nuestra época es lo que  se conoce como "oído ejecutivo". Los excesos y presiones del trabajo, también repercuten en la escucha; Se vuelve selectiva, estrecha, rígida y cansada. El rango de atención comienza a fluctuar, la persona que lo padece se vuelve inquieta y distraída en las reuniones, cambia continuamente de humor y las decisiones más importantes las toma impulsivamente, los niveles de energía y creatividad caen. Algunas personas llegan a tener ataques de nervios o sufrir de otras condiciones depresivas causadas por el estrés, pero “no hay tiempo para prestarle atención”
La escucha no es la única función del oído* que se ve afectada por el estrés, como órgano que controla el balance y estimula el cuerpo a través del sistema vestibular, también acarrea un desequilibrio en la parte física. La persona entra en una distonía neurovegetativa.
El estrés es una parte esencial de nuestra vida ya que es una respuesta de activación necesaria para sobrevivir y ser productivos. ¿Qué es entonces lo que falla durante la intensa actividad de la vida diaria si no podemos eliminar el estrés? Sin lugar a dudas, la falla está en la respuesta de relajación (sistema parasimpático) a todo proceso de activación (sistema simpático) debe seguir inmediatamente una reacción igual pero de sentido contrario, directamente relacionada con la capacidad para recuperar el equilibrio. El insomnio, irritabilidad, ansiedad, fatiga, agotamiento y falta de concentración, se deben a que:
“El cuerpo pierde su capacidad de relajación, de volver al punto DE EQUILIBRIO o de cero aceleración”.
Existe una sensibilidad psicofisiológica al estrés que depende del tipo de personalidad –predisposición- que tenemos, si a esa sensibilidad le agregamos el estilo de vida que llevamos, encontramos una relación individual salud/enfermedad. Las manifestaciones del estrés pueden observarse en cuatro niveles: muscular, somático, cardiovascular, neurológico.
El estrés puede ser agudo, crónico o recurrente. Hay diversos tipos de estresores, por ejemplo un divorcio puede ser motivo de estrés, salir mal en un examen, quedarse sin trabajo pueden también ser motivo de estrés, pero la realidad es que la mayoría de las veces el estrés se debe al “estilo de vida”. Enfermedades tales como el cáncer, diabetes, enfisema pulmonar, úlceras, colesterol, etc., suelen ser el reflejo del estrés en nuestra vida.
El sistema nervioso y el psiquismo son dos elementos profundamente relacionados. Por medio del sistema nervioso, el hombre participa de su medio, entra en relación, comunica, reacciona, interfiere, existe o al contrario, se retrae de su medio ambiente y se encierra. En el segundo caso, el psiquismo bloquea su aparato sensitivo y sensorial –el oído-, y lo obliga a tomar actitudes que serán fuente de dificultades. Podríamos decir que a todo evento del medio externo, que repercute en nuestro estado de equilibrio, corresponde una reacción interna que se adapta o trata de adaptarse  a la nueva situación.
El Método Berard re-educa al oído para recargarse a sí mismo con el uso perfeccionado de frecuencias altas, relajando al mismo tiempo algunas tensiones internas y dándole un nuevo pero necesario deseo de "abrirse". Suministra la energía necesaria para alimentar el proceso de pensamiento, concentración, memoria,  creatividad. Mejorando la postura de la autoescucha  conduce a una relajación físico e intelectual.
Muchas somatizaciones desaparecen por el efecto relajante que tiene la estimulación sobre el nervio neumogástrico o nervio vago, que por intermedio de una rama  situada en el conducto auditivo externo, y en el tímpano, desciende e inunda toda la vida visceral del mismo efecto relajante.
“Armonizando el cuerpo-mente es que se lleva a la persona hacia una mejor respuesta de buena salud”
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* El oído humano tiene tres funciones reconocidas:

FUNCIÓN DE CARGA, la primera en aparecer en la evolución de la especie, es la encargada de aportar  la energía cortical necesaria para que el cerebro marche bien en su dinámica del pensamiento, el oído puede compararse a un dínamo que transforma las estimulaciones que recibe, en energía neurónica destinada a alimentar el encéfalo.

FUNCIÓN DEL EQUILIBRO, más conocida que la anterior, es la que hace posible la movilización del cuerpo, su desplazamiento y localización en el espacio, corresponde al aparato vestibular (utrículo, sáculo y canales semicirculares). Todas las raíces anteriores de la médula espinal están bajo la dependencia del nervio vestibular, por lo tanto no existe un solo músculo del cuerpo que escape a su control.

FUNCIÓN DE LA ESCUCHA, la tercera en orden de aparición, es la que permite enfocar los sonidos, y en especial aquellos del lenguaje. Es la más importante dentro del plano de la comunicación humana porque está ligada a las facultades propias del hombre.